Este 24 de febrero se cumple el primer año de la operación militar especial de desnazificación en suelo ucraniano por parte de las fuerzas armadas rusas, para proteger a la población civil y rusos de las agresiones de Kiev.
Este conflicto bilateral, ha tenido implicaciones de otros actores como Estados Unidos y Europa que han apoyado con armamento militar, entrenamiento de las tropas a Ucrania, además con recursos económicos y sanciones contra Moscú.
Ante ello, el Presidente de Rusia Vladímir Putin, ha manifestado en días recientes, que su país intentó resolver pacíficamente el conflicto desatado en Ucrania tras el golpe de Estado de 2014, pero Occidente recurrió «al método de la mentira» y «jugó con la vida de la gente».
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El mandatario subrayó que las élites occidentales y las autoridades de Kiev son las culpables de que estallara el conflicto en Ucrania. «Quiero repetirlo: son ellos los que desencadenaron la guerra, y nosotros usamos la fuerza y la estamos utilizando para detenerla», afirmó.
Y es que efectivamente, Rusia venía denunciado a EE.UU. y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de forzar la situación en Ucrania y atentar contra la seguridad territorial al aumentar la presencia militar en varios países limítrofes con el país euroasiático.
A un año del inicio de la operación militar, Rusia controla casi el 15 por ciento del territorio ucraniano, que colindan con el mar Negro.
En el primer año de la operación militar especial, Rusia ha destruido 405 sistemas de defensa aérea, 4.199 cañones de artillería, 388 aviones de combate, 210 helicópteros, 8.009 tanques y vehículos blindados.
Redacción central